Ilustración de "La Musa de las Pesadillas" por Edgar Gómez.

Adaptación. Los fanáticos de algo podemos emocionarnos o temer ante esta simple palabra. Cuando Netflix anunció que se encontraba trabajando en una serie live-action de Avatar: La Leyenda de Aang, y con la película de M. Night Shyamalan como referente, el fandom del universo de Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko tembló (temblamos) ante la posibilidad de otra gran decepción (ni qué decir de cómo nos sentimos los seguidores de la serie cuando supimos que ambos creadores se habían salido de la producción por diferencias creativas con el gigante del streaming).

Durante años, Hollywood nos ha entregado productos que nos hacen tratar con pinzas cada nuevo anuncio que nos llega desde el país norteamericano: Death Note, Percy Jackson y el Ladrón del Rayo, Soy el Número Cuatro, Cazadores de Sombras… La lista de adaptaciones literarias que podrían haber seguido un rumbo distinto de haber sido más fieles a la obra original es extensa. Y aquí, por supuesto, estoy hablando como lector. Como «cineasta» y comunicólogo, entiendo que los engranajes que mueven el complejo mecanismo de la máquina productora tienden a apelar a la viabilidad y a las ganancias. 

Percy Jackson y el Ladrón del Rayo. Fox 2000 Pictures, 2010.

Luego de haber estudiado cine, aprendí que no todo lo que vemos en un cómic o leemos en un libro es necesariamente material de guion. A veces, la producción tiene que ser práctica y si cierto personaje o cierta secuencia de acciones no son necesarias para el desarrollo de la trama, ¿por qué tendría que incluirse? Un ejemplo claro es Juego de Tronos, serie en la que personajes como Lady Stoneheart (Caitlyn Stark revivida) o Aegon Targaryen (también conocido como Griff el Joven) fueron cortados de tajo por no considerarse relevantes para el rumbo que estaba tomando la superproducción de HBO. 

No todo lo que está en el material original tiene que llegar a la pantalla. Esta es una realidad difícil de aceptar. 

Sin embargo, en un mundo idílico, nos encantaría ver tal cual cada palabra de nuestros autores y autoras favoritos plasmada con fidelidad en esos 24 cuadros por segundo. Series como Sombra y Hueso, American Gods o Good Omens parecen estar sentando las bases para un futuro brillante, donde las adaptaciones literarias, sí, se tomen ciertas libertades, pero no conviertan una iglesia antigua en un centro de operaciones de los Power Rangers, como sucedió en Cazadores de Sombras de Netflix.

Hoy quiero dejar volar mi imaginación y hablar de los libros que me encantaría ver llevados a la gran pantalla o a la televisión (además, incluiré alguna obra que, aunque ya fue adaptada, me gustaría que le dieran otra oportunidad). 

Shadowhunters. Netflix, 2016.

Trilogía del Asesino, por Robin Hobb

Desde que HBO finalizó Juego de Tronos, tanto esta como otras productoras, han estado buscando a su nueva gallina de los huevos de oro de la fantasía medieval. Para encontrarla, solo tendrían que mirar hacia la misma generación de autores de la que salió George R. R. Martin para encontrarse con Margaret Astrid Lindholm Ogden, quien escribe bajo el seudónimo Robin Hobb.

Esta autora comenzó, en 1995, lo que sería conocido como el Reino de los Vetulus, un universo en el que convergen varias de sus obras (17 en total). Adaptar Aprendiz de Asesino, Asesino Real y La Búsqueda del Asesino, sería una excelente manera de sentar las bases de un mundo que tendría material para una amplia gama de contenido: no solo películas y series, sino también videojuegos, y que podría extenderse por años. 

El Reino de los Vetulus, en gran parte de sus novelas, sigue a Traspié Hidalgo, un bastardo noble que se convierte en asesino y cambia el mecanismo de su mundo al toparse con las ruinas de una civilización perdida. Su tono, ideal tanto para jóvenes como para adultos, con tramas complejas que combinan historias de caballería con elementos propios de la fantasía, como dragones o profecías, se sumerge en los intrincados juegos de la corte mientras nos introduce a personajes que nos hacen desear saber más de su pasado, como el Bufón o el príncipe Veraz.

¿Por qué la historia de Traspié Hidalgo Vatídico y los demás personajes que componen el mundo de Robin Hobb no resulta redundante cuando ya tenemos un Juego de Tronos, por ejemplo? Simple: Mientras Martin relega un poco la magia y sus implicaciones en su mundo, enfocándose en los complots de la realiza y en la brutalidad humana (seamos sinceros, los Caminantes Blancos no dieron mucho de sí), Hobb nos presenta un sistema de magia novedoso, que se manifiesta no solo a través de las personas, sino también de los objetos, como las naves redivivas de su trilogía Las Leyes del Mar, en la que los mascarones de proa de los navíos… ¿hablan? ¿Por qué? Hay una razón, y la autora nos lo revela no solo valiéndose de narradores humanos, sino también a través de la voz de serpientes marinas. 

Con el paso de las páginas, la historia de Hobb se va convirtiendo de la vida de un bastardo asesino (una trama bastante recurrente en las novelas de fantasía), a todo el resurgimiento de una vena mágica, la exploración de los antiguos asentamiento de una civilización olvidada hace años, y en una obra que juega con los hilos del pasado, del presente y el futuro.

Traspié y su lobo. Ilustración de Manweri en DeviantArt 2018.

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick

La adaptación cinematográfica de este libro es popularmente conocida como Blade Runner. Dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Harrison Ford, Blade Runner nos transporta a un mundo donde los seres humanos conviven con androides. 

Ha habido más de una versión de esta película debido a la complejidad de su narrativa. Fue necesario añadir, en ciertas partes, la voz omnisciente de nuestro personaje principal para explicar algunos pasajes y, ni aún así, se termina de entender bien el mundo en el que se desarrolla la acción.

La novela de Dick es un poco distinta: en ella, el agente Rick Deckart está casado con una mujer que ya no lo soporta, y uno de los principales hilos conductores de la trama son los animales. En un mundo donde la mayoría de los seres humanos se movió a Marte, las criaturas orgánicas son escasas y valiosas. Ser dueño de un gato, un sapo o, incluso, un pez, es sinónimo de estatus. 

Uno de los elementos faltantes de la obra original, y pieza clave para el clímax de su contraparte literaria, el mercerismo, corriente religiosa en la que las personas se comunican a través de máquinas, en una experiencia compartida que, supuestamente, fue vivida por una figura mesiánica llamada Mercer. Esto, en conjunto con la cacería ya vista en la adaptación fílmica, convierte ¿Sueñan los androides con ovejas mecánicas? en una novela entrañable, y, a su vez, difícil de adaptar.

Un ejemplo que le gustaba usar a uno de mis profesores de la universidad es El Señor de los Anillos: para algunos, las tres cintas que componen esta popular trilogía pueden ser un paseo lento y tedioso, que incluso llega a sentirse recortada. En los libros, los sucesos son vistos a través de los ojos de Frodo y otros personajes, por lo que, al internarnos en sus mentes, podemos comprender la Tierra Media como ellos lo hacen. Ahora, sin una voz narrativa, ¿cómo haces eso en pantalla? Ese sería uno de los retos a superar en una nueva producción cinematográfica de ¿Sueñan los androides con ovejas mecánicas? ¿Cómo transformar una serie de reflexiones religiosas y filosóficas en imágenes, que puedan ser comprendidas por la mayoría del público?

Ilustración de la edición inglesa de “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”. Panther Science Fiction.

La Saga de Darren Shan, por Darren Shan

Para Darren Shan, los vampiros son solo una excusa para contar una historia sobre fenómenos de circo, amistad, traiciones, monstruos de otras dimensiones, destino y el apocalipsis. 

En el capítulo 11 de nuestro show, que puedes ver en Twitch los lunes a las 7:00 p.m., ya hablé sobre este autor y su obra: en esta historia se nos presenta a Darren Shan, un chico de 12 años que, con su amigo Steve Leonard, visita un show de freaks en un cine abandonado. Allí, el joven Darren se enamora perdidamente de la araña de uno de los artistas, Larten Crepsley. Guiado por su afición a estas criaturas, nuestro joven curioso se atreve a entrar a hurtadillas en el camerino del hombre de circo para llevarse a casa a la araña, lo que resultará en un trágico destino tanto para Darren como para quienes lo rodean, pues el chico deberá convertirse en el asistente de un vampiro, para terminar enfrentándose a asesinos, renegados, hombres lobo, al amor y a un hippie obsesionado con salvar el planeta. 

Como dije, el vampirismo se convierte en una mera excusa para introducirnos a un entramado mucho mayor, en el que entran en juego fuerzas universales que no esperaríamos ver en una historia de estas criaturas de la noche. Es justo esta combinación de fantasía y terror casi Lovecraftiano, que diferencía a la saga de Darren Shan de otras novelas fantásticas para jóvenes, como Percy Jackson y los Dioses del Olimpo: mientras Rick Riordan sigue la clásica fórmula de una odisea propuesta por los griegos, y que se repite en cada libro, Shan va por un modelo distinto, propio de la fantasía urbana, en el que los monstruos terrenales hunden al personaje principal. En cada nuevo libro de esta saga, puedes esperar cualquier cosa, gracias a la multiplicidad de situaciones en las que Darren se ve implicado: no es solo una historia de sangre y colmillos, también hay crímenes y misterio, idas al colegio, guerras, peleas sobrenaturales y un sinfín de elementos tomados de otros géneros que convergen en un coming-of-age disfrazado de oscuridad.

En su momento, esta saga, compuesta por doce novelas cortas, ya tuvo su oportunidad en el cine, llegando a la gran pantalla bajo el título El Aprendiz de Vampiro. Sin compararla con el libro, la película es mala, y siguiendo los pasos de la nueva adaptación de Percy Jackson, alguno de los gigantes del streaming podría darle la oportunidad a Darren trayendo para su papel a un joven que aparente los 12. Aunque estoy plenamente consciente de que una adaptación a serie no pasaría de las dos temporadas (La Saga de Darren Shan no es un producto para todos), estaría más que feliz de ver que se le vuelve a tomar en cuenta.

Ilustración de la adaptación a manga de “La Saga de Darren Shan”. Takahiro Arai.

Crónicas del Mago Negro, de Trudi Canavan

Al pan, pan, y al vino, vino. O, en otras palabras: las cosas como son. Trudi Canavan no encontró el hilo negro de la narrativa con su saga Crónicas del Mago Negro. Compuesta por El Gremio de los Magos, La Aprendiz y El Gran Lord, esta trilogía nos lleva de la mano por una de las narrativas más viejas de la fantasía: la chica huérfana y pobre que descubre que tiene poderes y se convierte en el elemento clave de una organización poderosa que pretende usarla para sus fines. Ella es rebelde y su destino es cambiar el curso de la historia. ¿Te suena familiar? Bueno, más o menos de eso va la más reciente serie de fantasía de Netflix, Sombra y Hueso, que a su vez adapta Seis de Cuervos, duología de Leigh Bardugo. 

Entonces, si ya adaptaron Sombra y Hueso, ¿por qué no dar el paso hacia Canavan, una escritora consagrada de la literatura fantástica? En esta serie, o película, seguiríamos a Sonea, una chica que, durante una Purga, descubre que tiene sangre mágica y es llevada a entrenar al Gremio de los Magos. Mientras tanto, en las calles de la ciudad de Imardin, su amigo, Cery, convertido en un criminal, nos presenta una postal de la marginación en la que viven los ciudadanos del menor estrato social. ¿Qué mejor que una clásica crítica social disfrazada de fantasía?

La aventura de Sonea en el Gremio la llevará a descubrir un gran secreto interno, pues uno de los magos más poderosos de Imardin ha estado entrenándose en la magia negra, un tabú dentro del Gremio.

Sé que, hasta este punto, podría llegar a sonar nada apetecible. Pero, tanto los duelos de magia como el ambiente en general del Gremio y de Imardin, convierten el mundo de Canavan en una historia digna de explorar, además, como me señaló otra de las redactoras del sitio, resulta atractivo tener a otra protagonista femenina de la fantasía, algo que tiende a escasear en el género: aunque Sonea se enfrenta a las situaciones típicas del romance, a las que parecen querer atar a las protagonistas (hablo de ti, Clarissa Fray, Fairchaild o cualquiera que sea tu apellido actualmente), logra soltarse de estas cadenas para enfocarse en ella misma, en la perfección de sus habilidades y en la exploración de sus límites. Tomar a mujeres fuertes y ponerlas en la pantalla, para que sean un ejemplo positivo dados los tiempos que vivimos, siempre será de agradecer.

Además, un poco de competencia para Sombra y Hueso no estaría nada mal. Si ya se está abriendo el nicho, ¿por qué no aprovecharlo?

Diseño del Salón del Gremio. Rebecca Gresham, 2016, en Behance.

El Soñador Desconocido, de Laini Taylor

Si hay un libro de fantasía que revivió mi amor por el género luego de encontrarme con que los autores contemporáneos cuentan solo una versión distinta de la misma historia, ese fue El Soñador Desconocido de Laini Taylor (y, por supuesto, su secuela La Musa de las Pesadillas). 

En 2012, se anunció que ya se tenía director para la adaptación cinematográfica de otra de las novelas de Laini Taylor, Hija de Humo y Hueso. Al día de hoy, no hay película. Quizá la historia de Lazlo Strange sea más atractiva para los productores. 

Un día, de pronto, todas las personas olvidan el nombre de una ciudad, reemplazándolo por Weep (Llorar en inglés). Así mismo, una tarde, sobre este mismo asentamiento, una chica azul cae del cielo, empalándose en una reja de hierro.

Así inicia la aventura de Lazlo, un lector ávido y soñador que toda su vida ha deseado conocer más sobre la misteriosa Weep. Cuando una comitiva de este misterioso lugar llega hasta su «hogar», buscando personas que sean capaces de ayudarles con el problema que los asedia, Lazlo no lo duda ni un segundo y decide unirse, para viajar a la ciudad y descubrir el gran misterio que perturba sus cielos.

El Soñador Desconocido y La Musa de las Pesadillas son el reto perfecto para los maquillistas, estilistas y creadores de VFX más experimentados. Los paisajes y criaturas que esta historia nos presenta, desafían cualquier cosa vista en otras novelas, y su trama es todo un deleite: dioses, distintas dimensiones y sueños convergen en una duología que merece ser explorada en profundidad. 

Lazlo Strange por Edgar Gómez.

Estas son solo algunas de mis elecciones. ¿A ti qué te gustaría ver llevado a la gran pantalla o a plataformas de streaming? Recuerda que puedes dejarnos tus opciones aquí abajo, en los comentarios. 

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