Falcon, El Soldado del Invierno y el cúmulo de complicaciones incomprensibles que trajo Steve Rogers al retirarse

ALERTA: CONTIENE SPOILERS

Después de la serie emocionante, enigmática y un tanto romántica de WandaVision, muchos de nosotros nos quedamos con un buen sabor de boca, con la emoción que Marvel iba a sacar series con excelente calidad igualando la súper pareja. ¿Serían Sam Wilson y Bucky Barnes la nueva dupla heróica que me haría levantarme de la cama con un brinco de felicidad viernes por la mañana, luego dejándome en el borde de mi asiento con un dolor de pecho por saber qué sucederá la próxima semana? Por ahora, no ha sido así.

Aunque ni Falcon ni Bucky han formado parte de mis personajes favoritos en el MCU, puedo decir que he visto suficientes series de dúos con una relación amor odio para esperar a Falcon y el Soldado del Invierno con singular alegría, viendo cómo se desarrollaba su dinámica. Algo así como Sherlock Holmes y John Watson en la serie
con Benedict Cumberbatch, Arziraphale y Crowley en la serie Good Omens, o incluso Chloe Decker y el mismísimo diablo en la serie Lucifer; en donde dos opuestos, aunque chocantes, terminan teniendo sed de aventurarse de lado a lado, así desenvolviendo una relación interesante.

Para mi sorpresa, al final no se trató del dúo de superhéroes, sino de una serie de problemas detrás de la creación gubernamental del suero que le dio el poder de Capitán América a Steve Rogers. Y pues, no quedé satisfecha…

Quizá sea un poco más desarrollada en la siguiente temporada, pero para una serie que tiene en el título el conjunto de dos héroes, que en la pantalla los mostraba trabajando juntos; al final fueron dos mentes en sus propios caminos, no siendo suficientes para ningún desarrollo de sus personajes, ni de su relación, dejándome aburrida en varios episodios.

La historia, por una parte, comienza con la familia de Sam queriendo reparar el barco de sus padres junto a su hermana y sus hijos, mientras discierne si debería de tomar el rol de cap después de que el antiguo Capitán América cedió el cargo. Para mi gusto, estos dos factores no tenían conexión en lo absoluto entre sí, ni profundización. La serie no se esmeró para que me importaran sus sobrinos ni hermana, tampoco se me hizo lindo que en algún momento de la serie Bucky coqueteara con ella.

Como tropo recurrente de varias series existentes hoy en día, igualmente vemos a Sam tratando de hablar con los antagonistas de la serie y razonar con ellos. Se intentó eliminar el sentimiento de cliché, agregando que el militante había trabajado con jóvenes de la armada estadounidense y tenía mucha experiencia en el cargo; cosa que no fue conmocionante ver y hubiera sido fascinante ver algún flashback para tener una referencia al gran punch que merecían esas escenas.

Otro tropo que no tuvo la complejidad que se merecía, fue cuando se descubrió el terrible secreto del sistema en el que tanto confía Sam y el discernimiento fuerte que viene después de eso. No se mostró el proceso del duelo que debió haber venido con el shock que trajo el que se desmoronan los pilares de principios y valores en los que estaba parado. Sam sólo pasa por un pequeño enojo y prosigue a la aceptación rápida de esos nuevos descubrimientos que hizo durante el show.

En resumidas cuentas, sigue siendo el personaje bidimensional que hemos visto en todo el MCU.

Por otro lado, vemos la historia de redención de Bucky, tomando el camino del perdón y volviendo a vivir como un ser humano dejando atrás el malvado asesino que alguna vez fue, de nombre ‘’El Soldado del invierno’’. Aunque, si has seguido a Capitán América en las películas y bien sabes los momentos duros por las que pasó este
personaje, la serie no te hace conocerlo más allá de lo que ya se ha visto en pantalla; no te emociona verlo aparecer en el primer episodio intentando vivir una vida normal, no sientes empatía ante la culpa que le engulle el corazón por haber matado al hijo de uno de sus vecinos cuando fue aquel asesino despiadado, no te enloquece que se reencontrara a las dora milaje de Wakanda, ni aún cuando sabes que ellas fueron las que lo ayudaron descodificar su mente manipulada que hacía que fuera cruel en sus matanzas. Bucky sigue siendo un enigma para la audiencia.

Ya que estaban trabajando juntos, buscando erradicar los varios peligros de la organización de los Flag Smashers (organización antinacionalista que busca erradicar las fronteras), que, aunque se mostró compleja, que venía de buena fe y con mucho apoyo mundialmente, ni el objetivo de este fue comprensible. Igualmente, al final, apagando la flama del movimiento en el último episodio innecesariamente rápido.

Aun así, tuve mis personajes favoritos (y no tan favoritos, pero reconozco que buenos) de la serie.

Zemo, el villano de Capitán América: Civil War, se convirtió del típico malvado, sediento de venganza porque su familia fue asesinada (realmente un villano olvidable), a un antihéroe multifacético, excéntrico y divertido (casi al nivel de Loki, diría yo), ganándose, con toda razón, el corazón de todo el internet y entristeciéndome el momento que sabría que no aparecería en el último episodio de la temporada.

Karli Morgenthau, la villana de la serie, y los ojos de una niña inocente apagándose poco a poco, convirtiéndose en esos de una villana. Si bien el movimiento que encabezaba no tuvo la explicación que merecía, fue interesante estar presente en esa línea de conversión a la radicalización.

John Walker, el antagonista y nuevo Capitán América, con el cual la serie hizo un buen trabajo en transmitirme ese sentimiento de odio hacia él, queriendo escupirle en la cara cada que salía en la pantalla. Pero esa inestabilidad y apertura a la violencia fue ese deseo inconsciente de ver a Cap escogiendo violencia necesaria en vez de la misericordia distintiva del primer Capitán América.

En conclusión, seguiré esperando que me regrese el buen sabor de boca este junio con el estreno de la serie de nuestro dios nórdico favorito, Loki, ya que Bucky y Sam dejaron mucho que desear (no estando peleada con la idea de ver uno que otro episodio en familia de la segunda temporada una tarde de domingo).