UN METROIDVANIA QUE ENCANTA – BŌ: PATH OF THE TEAL LOTUS

UN METROIDVANIA QUE ENCANTA – BŌ: PATH OF THE TEAL LOTUS

Hollow Knight: Silksong era el metroidvania más esperado desde hace años; durante una temporada que parecía interminable, la secuela de Hollow Knight encabezó la lista de los más deseados de plataformas de videojuegos como Steam.

Sin embargo, como todo lo bueno, Silksong no es infinito y desde su salida el pasado mes de septiembre, la gran mayoría de los jugadores ya debe haber conseguido llevar a Hornet al triunfo en su aventura, dejándolos con ganas de más. En lo personal, no soy fan de este género en el basto mundo de los videojuegos, empero, el proyecto de Team Cherry me dejó con ganas de probar más proyectos del tipo. Lo intenté con Nine Sols y con Ender Lilies, aunque, hasta la fecha, ninguno de los dos logró atraparme como lo hizo Hollow Knight y su continuación. Entonces llegó Bō: Path of the Teal Lotus, la entrega de Squid Shock Studios que próximamente recibirá su primer DLC: Tanuki Kabuki, que explora la belleza del arte del kabuki —al día de hoy no hay fecha de lanzamiento, y según los desarrolladores, esta expansión de la historia será gratuita. 

De acuerdo a la opinión general de Internet, terminar Bō: Path of the Teal Lotus lleva alrededor de 12 horas. A mí, un jugador casual, me llevó cerca de 22 horas llegar al jefe final, sin derrotarlo todavía —en foros en considerado un boss infame, por su combate largo y repetitivo. 

A diferencia de un juego como Hollow Knight, está menos enfocado al combate y la exploración, para enfocar su jugabilidad en el plataformeo: si no es tu fuerte, tendrás que aprender a moverte con precisión y velocidad a la hora de enfrentarte a sus desafíos. 

El de Squid Shock Studios es un videojuego en el que el movimiento es ágil y fluido, a veces vertiginoso, pero siempre divertido; para enfrentarte a los diferentes enemigos principales, deberás aprender a familiarizarte con las habilidades del personaje principal, un zorro espiritual nacido del cielo y una flor de loto, ya que no hay enfrentamiento en el que no debas aprovechar el espacio y el ataque aéreo para hacerte con la victoria. 

Hablando de los jefes, uno de los puntos flojos de esta entrega es que las peleas suelen ser largas y, una vez que aprendes el patrón de combate de tus rivales, sea en su primera o segunda fase, también puede llegar a ser más una cuestión mecánica que de «verdadera habilidad» —hablando como una persona con poca paciencia y mucha menos destreza, no lo considero algo terrible, pero sé que a los más ávidos consumidores del género metroidvania esto puede «mosquearlos» un poco. Los enfrentamientos son entretenidos, sin duda, pero también dejan con ganas de más —o, dependiendo de cómo lo veas, de menos.

, en definitiva, no es un juego que te lleve de la mano; llegué hasta el último jefe sin enterarme que podía añadirle más vida a mi personaje principal, e hice algunas misiones principales antes incluso de que me las pidieran, por lo que puedes ir a tu rollo sin perderte de mucho contenido, ya que, a pesar de no ser un videojuego estrictamente lineal, tampoco hay una enorme variedad de decisiones que te entretengan lejos de la historia principal. 

En mi caso, el gran enfoque en el plataformeo sí llegó a ser frustrante, ya que Bō: Path of the Teal Lotus, tiende a «castigar» los fallos en ciertos circuitos regresándote al principio de los mismos, dando la sensación de que le falran checkpoints. Eso sí, afuera de cada sala de boss encontrarás el correspondiente punto de guardado y cura, así que puedo decir que hay un balance justo. Uno que se agradece enormemente y que hace más llevadero cada enfrentamiento —a diferencia de, por ejemplo, Silksong.

Eso sí, en cuanto a la accesibilidad, Squid Shock Studios decidió dar varias opciones para ayudar a los jugadores en momentos cruciales: ya dentro del juego, puedes elegir la velocidad a la que todo sucede —normal, lenta y muy lenta—, ponerte maná infinito o, si llegase a ser necesario, volverte invencible. 

Por último, aunque no por eso menos importante, prueba que el amor nace de la vista: el arte, hecho a mano e inspirado en Japón, es todo un deleite. No faltan los momentos en los que puedes, simple y sencillamente, detenerte a observar el increíble trabajo del equipo, desde las texturas en los personajes hasta la complejidad de los fondos colocados en distintas capas. 

Lanzado el 17 de junio de 2024, este juego fue un gran placebo durante la espera de la llegada de Silksong, y, ahora que la secuela de Hollow Kinight ya llegó y quizá ya la acabaste, y si todavía no lo conocías, podrías darle una oportunidad para no perder la práctica en el género. 

En conclusión: es, como todo, un juego con sus virtudes y sus vicios. Pero, sin duda, es divertido, bello y te dará unas cuantas horas de disfrute. Definitivamente es un juego que debes probar.

Bō: Path of the Teal Lotus está disponible en PlayStation, Xbox, Nintendo Switch y Steam.

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